Son todas unas putas. Unas zorras ataviadas con faldas cortas y escotes generosos que gustan de exhibirse, enmascarando sus caras de niñas con pintura barata, provocando a tipos como tú. Bien sabe Dios que lo haces por ellas, que las ayudas a conservar su pureza.
La sigues, ha discutido con su novio, lo ha puesto cachondo y no se la ha querido chupar. La ha intentado forzar, pero ella ha conseguido escapar. Está borracha y parece asustada. Te acercas sigilosamente. La observas. No queda ni un ápice de inocencia en ella. Aprietas el paso y te acercas más, se gira sobresaltada. Le sonríes, le ofreces llevarla a casa, titubea y rehúsa tu oferta. No es más que una sucia ramera. Retoma el paso y te arrimas por su espalda, la agarras y le tapas la boca, se resiste, con un cordel le rodeas el cuello y la estrangulas. La cargas en tu espalda y la metes en el coche. Conduces alborozado hasta el río Batzán, te apeas con ella a cuestas y la tiendes cuidadosamente en el suelo. La desnudas, le rasuras el vello púbico, le limpias la cara con empeño y le peinas el pelo con esmero. Colocas sus manos hacia arriba y le depositas un pastelito en la vagina.
No es la primera ni será la última. Es algo que estás obligado a hacer y no pararás. La inspectora Salazar es la única que podrá detenerte e impedir que sigas ahí fuera, cazando a chicas indefensas como la que acabas de matar.
Nº de páginas: 440 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Editoral: DESTINO
Lengua: ESPAÑOL
ISBN: 9788423341986
Pues habrá que leerlo… a ver si la inspectora Salazar es capaz de cazar al susodicho 😉
Léelo, Esperanza, es muy bueno.